Dejar una Herencia Sin Testamento: ¿Vale la Pena?

Muchas personas al fallecer no han otorgado testamento. Es entonces cuando se aplican las reglas de lo que se conoce como sucesión intestada, donde la ley marca qué pasará con los bienes, derechos y obligaciones del causante (el fallecido), quién o quienes los heredarán y en qué medida.

Pero ¿cuáles son las diferencias entre dejar una herencia con o sin testamento? Vamos a verlo.

-         La sucesión intestada.

 

Como hemos dicho, se trata del conjunto de normas que entrar a operar cuando el fallecido no ha otorgado testamento.

 

En este proceso la ley te marca quienes son los herederos, asignando la herencia a los parientes más cercanos siguiendo una jerarquía que otorga prioridad a descendientes, ascendientes, cónyuge y otros familiares más lejanos si no existen herederos en grados anteriores.

 

También marca cómo se reparten tus bienes, derechos y obligaciones y en qué cantidad a cada uno de los herederos.

 

¿Qué consecuencias trae esto?

 

El causante pierde la posibilidad de controlar qué pasará con su herencia, pues su voluntad no queda plasmada en ningún instrumento legal válido que hacer valer una vez fallecido.

 

También es muy probable que la ley no marque el reparto más eficiente de la herencia entre los herederos, pues no se puede ajustar a cada caso concreto.

 

Esto puede suponer que se eleven los costes, se generen situaciones que lleven a conflictos entre los herederos o que no se sea fiscalmente eficiente.

 

-         La sucesión testada

 

La sucesión testada es la que se produce conforme a la voluntad expresa del fallecido a través de un testamento.

 

Este documento permite al testador distribuir su patrimonio, asignar herederos específicos y designar legatarios (personas que reciben bienes concretos).


Además, permite que establecer mecanismos y fórmulas personalizadas a su situación personal y familiar, por ejemplo, estableciendo usufructos, poniendo condiciones para heredar ciertos bienes, proponiendo el nombramiento de albaceas, etcétera.

 

¿Qué conseguimos con todo esto?

 

La herencia se reparte de acuerdo con los deseos del testador, aunque se respetan ciertos límites, como el derecho de los herederos forzosos a la legítima.

 

El testador puede decidir con precisión qué recibe cada persona y beneficiar a unas sobre otras, estableciendo condiciones y otros mecanismos preventivos si lo considera necesario.

 

También puede ser menos costosa la tramitación de la herencia, menos conflictiva entre los herederos con respecto el reparto y conseguir que sea más eficiente fiscalmente.

 

En definitiva:

 

Dejar una herencia sin testamento es posible, pero es importante considerar las implicaciones que esto tiene para los herederos.

 

Mientras que la sucesión intestada se basa en un reparto determinado por la ley, la sucesión testada ofrece la posibilidad de planificar y personalizar el destino de los bienes.

 

Para quienes desean asegurar un reparto de su patrimonio acorde con sus deseos, el testamento es una herramienta fundamental que evita conflictos y simplifica el proceso.

 

Analizar cada opción según la situación familiar y patrimonial es clave para tomar una decisión informada y proteger los intereses de nuestros herederos.


Te ayudamos

 

Si estás pensando que ya es hora de dejar las cosas bien atadas, te podemos ayudar para planificar tu herencia y que tu familia no quede desamparada.

 

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