Arrendamientos de corta duración: una alternativa para evitar inquiokupas
Muchos propietarios viven con el temor de toparse con un inquilino moroso o, peor aún, con un “inquiokupa”. Este fenómeno se ha convertido en una auténtica pesadilla jurídica y patrimonial: inquilinos que dejan de pagar la renta y que, debido a las trabas legales actuales, resultan muy difíciles de desalojar. El tiempo que puede prolongarse un desahucio —entre trámites judiciales y situaciones de vulnerabilidad del arrendatario— puede suponer una merma considerable para el arrendador.
Ante este escenario, es lógico que muchos propietarios se pregunten si existen formas de alquilar su vivienda sin exponerse a tanto riesgo. Y lo cierto es que sí: los contratos de arrendamiento de corta duración pueden ofrecer una solución eficaz, siempre que se redacten correctamente.
¿Qué es un arrendamiento de corta duración?
Son contratos que se formalizan para satisfacer necesidades temporales y están regulados como arrendamientos de uso distinto al de vivienda habitual. Es decir, no se les aplica la misma normativa que a los contratos de larga duración. Esto les confiere una mayor flexibilidad y protección para el arrendador.
Algunos ejemplos típicos son:
Estancias por motivos laborales o de formación.
Alquiler temporal para estudiantes.
Arrendamientos turísticos o vacacionales.
La clave es que la causa de la temporalidad esté clara y bien justificada en el contrato.
¿Qué ventajas ofrecen frente al contrato tradicional?
Duración limitada y sin prórroga obligatoria
A diferencia del arrendamiento de vivienda habitual (donde el inquilino puede prorrogar el contrato hasta cinco años), el contrato de corta duración finaliza en el plazo acordado. El arrendatario debe abandonar el inmueble sin posibilidad de prórroga automática.Mayor facilidad para recuperar la posesión
Al tratarse de una ocupación temporal, es mucho más difícil que el arrendatario se aferre a la vivienda. Por ejemplo, si alguien alquila un piso durante 10 meses por motivos laborales, lo lógico es que regrese a su lugar de origen al terminar su trabajo.Renta libremente pactada
Incluso en zonas declaradas como tensionadas, la renta puede pactarse libremente, al igual que su actualización.Reducción del riesgo de impago y ocupación ilegal
El contrato se firma para una finalidad concreta, con una duración limitada, y en muchos casos (como en los arrendamientos turísticos) el pago se hace por adelantado.
¿Qué inconvenientes o precauciones deben tenerse en cuenta?
En el caso de los arrendamientos turísticos, es fundamental cumplir con la normativa autonómica específica en materia de vivienda vacacional. Además, si no se deja claro el motivo de la temporalidad, existe el riesgo de que un juez interprete el contrato como uno de vivienda habitual, perdiendo así todas las ventajas descritas.
Por eso, es esencial que un profesional revise y redacte el contrato, adaptándolo a la situación concreta del arrendador y del inmueble.
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